_flying architects_

miércoles, 5 de noviembre de 2008

I was there!

Ayer fue un día tremendamente emotivo en Chicago. Hasta ahora, los americanos estaban relativamente calmados. Si que es verdad que las noticias y los periódicos estaban saturados de los insultos infantiles de un y otro candidato. En cualquier caso, el día de las elecciones fue absolutamente diferente.

Para empezar, por la mañana, cuando baje adormecido en el ascensor, entró un hombre que llenó toda la cabina de bolsas con globos de colores blancos azules y rojos. Y no es nada cómodo bajar treinta pisos en un ascensor lleno de globos. Pero cuando llegué al lobby lo entendí. Entendí que eran todas esas cajas selladas “top secret!” que poco a poco habían invadido mi edificio. ¡Resulta que mi edificio se había convertido en un centro de votación electoral! El lobby estaba lleno de urnas y cabinas, adornado todo con banderas y globos norteamericanos. La cola para votar daba la vuelta a medio bloque. Los americanos iban a votar con los colegas, como si fuese una fiesta. Luego se iban a por una cerveza a celebrarlo.

Pero lo más fuerte fue por la tarde, al llegar al loop (centro) de Chicago. Todas las calles llenas, movilizándose todo el mundo hacia Grant park a presenciar la victoria de Obama. Merchandising de todos los tipos y colores, siempre más bien hortera.  Y cuando llegué por fin al parque, todos los rascacielos de alrededor encendidos con mensajes en las fachadas. “vote 2008” “yes we can” “USA”. Acojonante. La gente se empezó a agrupar en las pantallas gigantes hasta que el parque se acabó llenando. Y no es nada pequeño. Estaba toda la ciudad allí, celebrando la victoria en cada uno de los estados. Chillando y abucheando como si les fuese la vida en ello. Con California, Obama se aseguró la victoria. Todo el mundo aplaudía como desesperados. Luego cantaron el himno americano. Y, al final de la noche, por fin, salió el nuevo presidente de los estados unidos de america a hablar a su ciudad y a su nación. Nosotros lo veíamos desde lejos, pero los altavoces se oían con claridad “Hello, Chicago”. Y todo el mundo volvió a rugir…

1 comentario:

Marcos dijo...

UAU

no se te escapó ninguna lagrimilla?
que suerte, has visto algo que ya es Historia.